El empate fue la tónica demasiado habitual durante la primera vuelta, llegando a los 11 empates en las 19 primeras jornadas que dejaban al equipo en la zona media de la tabla, lejos de los deseados puestos europeos, y con números muy pobres de cara a portería. Magallanes, que terminó la primera vuelta en el tercer lugar y lideró la segunda mitad, finalizó en el primer lugar global logrando además el mejor balance de toda la eliminatoria con 36 ganados y 27 perdidos.