El encuentro fue emotivo por el regreso de Leo Franco, portero del Atlético durante las cinco anteriores temporadas, al Vicente Calderón. El Atlético estaba siendo mucho mejor que su rival y merecía una victoria más abultada, pero la suerte no estuvo de su lado. El logotipo fue elegido por la afición bética mediante votación entre los tres modelos que habían sido previamente seleccionados.